jueves, 30 de diciembre de 2010

El presidente de Costa de Marfil recibe un ultimátum


Una delegación integrada por tres presidentes de África Occidental llegó ayer a Abiyán para pedir a Laurent Gbagbo que entregue pacíficamente la presidencia a Alassane Ouattara -al que la ONU considera presidente electo- y advertirle de que, de no hacerlo, podrían utilizar la fuerza para obligarle.

Los presidentes de Benin, Cabo Verde y Sierra Leona, en nombre de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental, se reunieron dos veces con Gbagbo y dejaron el país señalando que habrá más reuniones. Según un portavoz de Gbagbo, el próximo encuentro podría ser en torno al próximo 2 de enero.

Mientras, el presidente rebelde prosigue su desafío a la comunidad internacional. Gbagbo anunció que su país romperá relaciones con cualquier país que, como prevé hacer Francia, reconozca a los nuevos embajadores nombrados por Ouattara. Gbagbo amenazó con expulsar al embajador francés. "El Gobierno quiere hacer saber que, a la luz de tales decisiones, se reserva el derecho de actuar recíprocamente y poner fin a la misión de sus embajadores en Costa de Marfil", ha dicho un portavoz de Gbabgo en una declaración en la televisión nacional marfileña.

En paralelo, una multitud atacó ayer un convoy de la ONU en Abiyán e hirió con machete a uno de los cascos azules. La violencia tras los comicios ha causado la muerte por lo menos a 173 personas y llevado al exilio a cerca de 14.000 personas. Un portavoz de Gbagbo ya avisó el domingo de las posibles consecuencias de una intervención armada: "Todos estos países vecinos tienen ciudadanos en Costa de Marfil, y ellos saben que si atacan Costa de Marfil desde el exterior se iniciará una guerra civil en el interior", subrayó. "¿Está Burkina Faso preparado para acoger de vuelta a tres millones de sus ciudadanos?", añadió. Millones de ciudadanos de países vecinos de Costa de Marfil trabajan en el país, relativamente próspero al ser el principal productor de cacao de África.

Ouattara, que cuenta con el reconocimiento internacional, se encuentra atrincherado junto a su Gobierno en un hotel de Abidjan bajo protección de la ONU, que ha prolongado su misión en el país, con los 10.000 cascos azules que tiene desplegados, seis meses más. Gbagbo lanzó su propio ultimátum hace una semana: amenazó a las fuerzas de la ONU con tratarlas como si fueran tropas rebeldes.

Tomado del Pais, dic./30/2010

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